La protoestrella riega el espacio a su alrededor con ingentes cantidades de agua.
Se está desprendiendo, a cada segundo, del equivalente a cien millones de veces el caudal del Amazonas.
A sólo 750 años luz de la Tierra, una jovencísima proto-estrella está causando sensación entre los astrónomos. La razón es que este sol recién nacido y aún envuelto en la nube de gas y polvo en la que se formó está, literalmente, regando el espacio a su alrededor con ingentes cantidades de agua. A través de dos gigantescos chorros, uno en cada polo, la nueva estrella se está desprendiendo, a cada segundo, del equivalente a cien millones de veces el caudal del rio Amazonas.
La estrella, que no tiene más de cien mil años (muy poco tiempo en una vida que puede durar miles de millones de años), se encuentra en la Constelación de Perseo y es de la misma clase que nuestro Sol, lo que hace que los investigadores se pregunten si también el astro que alumbra la Tierra tuvo, en su infancia, un comportamiento parecido. La velocidad con la que expulsa el agua es de 200.000 km. por hora, cerca de 80 veces más rápido que las balas disparadas por una ametralladora".
EL AGUA A GAS, Y AL REVÉS
Una vez localizadas esas dos clases de átomos (Oxigeno e Hidrogeno) fundamentalmente, los investigadores los siguieron hasta dar con la estrella en que se formaron.
La primera conclusión:
Es que el agua se formó en la estrella, a una temperatura de pocos miles de grados.
La segunda conclusión:
Al ser el agua expulsada violentamente hacia el espacio, se encontró con áreas mucho más calientes, incluso a más de 100.000 grados, condición infernal que devolvió el agua al estado gaseoso.
La tercera conclusión:
Una vez que esos gases llegaron a las capas externas (y mucho más frías) de la nube de material que rodea a la protoestrella, a unas 5.000 veces la distancia que separa la Tierra del Sol, su carrera se frenó, creando un "frente de choque" en el que los gases pudieron enfriarse rápidamente, condensarse y volver a convertirse en agua.
TAMBIÉN EN EL SOL
El descubrimiento podría significar que estos fenómenos constituyen una fase normal dentro del proceso de crecimiento de las estrellas. Y que también nuestro Sol podría haber "jugado con pistolas de agua" durante su más tierna infancia.
En palabras de Kristensen, "solo ahora empezamos a entender que todas las estrellas como el Sol pasaron, probablemente, por una fase muy energética cuando eran muy jóvenes, y que es en ese momento de sus vidas cuando expulsan un montón de material (agua) a gran velocidad.
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