domingo, 15 de mayo de 2011

UN MAESTRO EXTRAPLANTILLA DESPEDIDO EN LA CHINA CONTINENTAL

Wang Jianlin, es uno de los de los 32.000 maestros sustitutos de  las zonas rurales, que como él no tienen la aprobación cultural  y por tanto el  otorgamiento del certificado de contratación. En   las postrimerías de los años 80 del siglo pasado El Estado incrementó bruscamente el grupo de maestros extraplantilla en China.

La promulgación de la ley de educación obligatoria,  aumento vertiginosamente  el número de matrícula de niños de edad escolar, como consecuencia, hubo  carencia de docentes. Los maestros extraplantilla servían de socorro para la educación de base y su número llegó hasta a 580 mil personas en el apogeo.

La Escuela Primaria de Changshan tenía cada año 600 yuanes de fondo educacional, aparte de comprar el carbón para la calefacción, era difícil añadir un papel y un lápiz con lo que restaba. Wang Jianlin hizo una regla de triángulo y un calculador con madera de desecho. Emitía algunas canciones y poesías de la dinastía Tang con un destartalado altoparlante.Durante 22 años enseño a más de 400 alumnos, de los cuales 30 han sido universitarios. “Deseo que todos ellos sean buenas personas” y “No me faltara oportunidad para retornar a la ciudad”, pensaba con frecuencia el maestro extraplantilla Wang Jianlin.

 De no trasladarse a esta aula nueva hace dos años, la Escuela de Changshan del Cantón Hanjiacha, distrito de Huining, provincia de Gansu, no pasa de ser un rústico punto de enseñanza formado por dos habitaciones de adobe y un baño de madera. Una cuerda y una bola constituían todo el recurso para el deporte. Cuando llovía, el agua de lodo pasaba los tobillos. El maestro Wang tiene cutis algo negrito y un rostro flaco y con una dolencia ocular que  le impedía ver con claridad el plan de enseñanza. Llevó 22 años trabajando como maestro extraplantilla y ha enseñado dos generaciones de sus alumnos.


En 1980, salió frustrado en el examen de admisión universitaria y se hizo un cargador en la Empresa Petroquímica de Lanzhou, una empresa estatal de gran envergadura. En invierno de 1987, su hermano mayor, un maestro extraplantilla en la tierra natal de la zona rural contrajo una enfermedad aguda, debido a la desnutrición y las dolencias de la pierna como consecuencia de la penuria. En su último aliento de vida, dejó un testamento: “Que enseñes bien a los niños de la aldea”. Si Wang Jianlin regresó a la aldea para ser un maestro extraplantilla, no solamente recibiría un ingreso mensual que se reduciría de 90 a 40 yuanes, sino que probablemente tendría un destino similar al de su hermano mayor. Por eso, se quedó vacilante. Más tarde, un cuadro de la comisión de educación del cantón lo visitó para persuadirlo y su padre también le dijo que no debía posponer la enseñanza de los niños. Pasó toda la Fiesta de la Primavera en reflexión y finalmente decidió quedarse en la aldea. “Pensé que era correcto lo que había dicho mi padre. La ausencia de un maestro perjudicaría toda la vida de los niños”. Entonces se plantó vestido del uniforme color verde ante la tribuna hecha de adobe, y en el folleto de registro sigue siendo el nombre de su hermano mayor hasta la fecha.

Él y los niños: Cada niño es un sol mío

En verano de 1997, Wang Jianlin contrajo una enfermedad ocular, que tenía una vista borrosa y le dolía al exponerse a la luz. Finalmente no tenía otra alternativa que tapar los ojos con una venta y dictaba clases recurriendo a la memoria. Un cuadro de la comisión de educación del cantón le solicitó 300 yuanes para los gastos de asistencia médica, que le ayudaron a recuperar parte de la vista, pero también le dejó un efecto negativo. “Me complazco con la iluminación en el corazón”, Wang Jianlin dijo sonriente, “cada niño es un sol mío”.
Wang enseña 20 alumnos de tres grados al mismo tiempo, que se trata de una enseñanza múltiple. Inventó un método de enseñanza “dinámica y estática conjuntas” sobre la base del método tradicional de enseñanza y publicó un exponente en algunas revistas educacionales.



Él y su familia: Entre leal y piedad filial

Durante los 22 años, el ingreso mensual de Wang Jianlin aumentó tan lentamente como un caracol de 40 yuanes a 200 yuanes, pero no solamente sustenta una familia de cinco integrantes, sino también a los dos hijos dejados por su hermano mayor. Su casa ubicada en la profundidad de la valle tiene una cortina de puerta hecha de tiras por el viento y los dibujos en las paredes se ven manchados. “Como  hombre, me siento muy avergonzado”. Wang se auto-reprocha por someter la familia en una vida muy dura. No actúa como otros maestros extraplantilla, que hacen otros trabajos además de dictar clases, por una parte la enfermedad ocular no le permite, por la otra, le parece una práctica que desacredita la dignidad de los cultos.

Los reportajes sobre los maestros extraplantilla del oeste publicado en 2005 y 2008 en la revista Nanfang Zhoumo (Fin de Semana del Sur) revelan que estos maestros son los más pobres en las aldeas. En algunas zonas fronterizas y remotas, unos maestros extraplantilla incluso pasan la vida con un ingreso de 40 yuanes mensuales durante varias décadas. La amplia crítica del fenómeno de igual trabajo con desigual remuneración no ayuda a cambiar su destino de ser discriminados.

Ahora estamos despedidos, tal como si quedaramos sentenciados a pena capital. ¿Qué cosa mala hemos hecho? Wang Jianlin, se  pregunta con frecuencia. Al salir la política de despedida a los maestros extraplantilla, un cuadro de la comisión de educación del cantón solicitó opinión a Wang Jianlin, preguntándole si quería presentar una dimisión por iniciativa propia. Wang lo rechazó tajantemente y le contestó: ¿puedo seguir trabajando sin remuneración?, “como un voluntario de la educación, no me quejaré hasta la muerte”.

En la aldea Xianglin a 10 kilómetros de la casa de Wang Jianlin vive su buen amigo Wang Yingbin, que trabaja de igual como maestro extraplantilla. Se conocieron en un foro sobre la enseñanza múltiple hace dos años y se hicieron íntimos amigos que se simpatizan uno del otro.

En el patio de la casa de Wang Yingbin está lleno de granos de maíz que dan al sol, pero no se nota ningún júbilo de la buena cosecha, pues su esposa padece de la esquizofrenia y pasa todo el día sentada en la cama. Para sustentar a la familia de cinco integrantes, Wang Yingbin debe ir al centro del cantón a trabajar después de las clases y revisar los deberes de casa de los alumnos en la noche.

En la charla mencionaron algunos maestros extraplantilla que presentaron solicitud de dimisión por iniciativa propia y se hicieron trabajadores en las ciudades, quienes reciben un ingreso diez veces superior el salario de la enseñanza. Wang Yingbin expresó que si no hubiera remedio alguno, ir a trabajar podría ser una salida.
Una organización de caridad invitó a varias decenas de maestros extraplantilla en las zonas rurales, incluido Wang Jianlin, para una capacitación concentrada en la capital con el fin de elevar la cualidad del contingente docente del oeste. En una reunión de intercambio, un abogado presente en calidad de invitado de honor, al enterarse de la presencia de maestros extraplantilla, preguntó sin reparar la sensibilidad a la parte patrocinadora: “¿Para qué sirve capacitarlos si pronto serán despedidos?” Esta pregunta desafió la dignidad de Wang Jianlin, quien tomó el micrófono y respondió: “Puedes clasificar en diferentes clases a los maestros, pero son el pie de igualdad: los niños, que necesitan la educación”. El deprimido Wang Jianlin llegó a la plaza Tian’anmen siguiendo a la corriente de gente, adivinando al retrato del presidente Mao, no podía contenerse las lágrimas.

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Todo maestro sustituto: sueña volver a la clase..

Entre 1981 y 2005, Li Jianxin repetía día por día la vida simple y pobre. Al ser un maestro sustituto de la Escuela Esperanza Fuhe, en la aldea Luojiamo del cantón Huichuan, en el distrito Weiyuan, iba a la oficina de asuntos financieros de la escuela cada mes, para coger los 40 yuanes que el contador le daba. Era su salario, equivalente solamente al pico del de los maestros de plantilla. Fue uno de los 32.000 maestros sustitutos en las zonas rurales de la provincia de Gansu, quienes fueron considerados “los más pobres en el campo”. Representaban el 28,2% de todos los maestros en escuelas primarias rurales.


En 2005, el periódico Nanfang Zhoumo hizo un reportaje cerca de la vida pobre de los maestros sustitutos en Gansu, que despertó grandes repercusiones. Posteriormente el salario de Li Jianxin y sus compañeros fue elevado a 120 yuanes al mes. “Los días brillantes” terminaron al nacer la política de despedir a los maestros sustitutos, presentada por el Ministerio de Educación. El mismo día, la campaña de despedir a los maestros sustitutos fue divulgada en todo el país.
En septiembre de 2008, Li Jianxin recibió oficialmente la nota de “despedida”, y al mismo tiempo una recompensa de 800 yuanes. Fue la máxima cantidad de dinero recompensado a los maestros sustitutos quienes habían llevado más de 20 años enseñando. Li Jianxin no salió a trabajar como obrero de construcción o de reparación de aparatos eléctricos, como hacían la mayor parte de otros maestros despedidos. En su opinión, tanto la política de “despedida” como salir a trabajar, significan una humillación para ellos hombres educados.

Volvió a ser un campesino en el campo. Su familia tiene 12 mus de tierra, y en los 20 años pasados, fue su mujer quien se encargaba de ellas. Además de servir como comida para la familia, el resto de los cereales fue vendido por más de mil yuanes. Con el ingreso de Li Jianxi, la pareja selección y plantó el trigo, soja, patata, colza y angélica china. La cosecha les ganó unos 4 mil yuanes en 2009, la máxima cantidad hasta hoy día.

Sin embargo, Li Jianxin todavía quiere ser maestro, soñando volver a la tribuna de clase. En tiempos ordinarios, regresa a la escuela. A veces al pedir el auto que conduce hacia el distrito en el camino, se encuentra con sus alumnos. Está muy contento. Insiste en pagar, aun cuando sus alumnos no aceptan.

Antes de la Fiesta de la Primavera, los maestros despedidos que ahora trabajan afuera regresaban. Li Jianxin veía a algunos compañeros en la calle, los cuales ya no tienen diferencia de los campesinos comunes por el pesado trabajo físico, “Es inimaginable que ellos eran los 'ingenieros del espíritu'.”
A lo largo de 2009, el grupo de los maestros sustitutos despedidos era cada día mayor. Como Li Jianxin, la mayor parte de ellos gestiona su vida más dura con sus propias manos después de ser despedidos. Muchos optan por salir a trabajar, pero eso no le ganaría seguramente más dinero.

Una vez, Li Jianxin se encontró con un compañero de unos 40 años de edad, quien no tiene la fuerza física y la habilidad para salir a trabajar. No tuvo remedio que comprar un aparato para vender las palomitas en la calle. Cambió dos veces la vasija de gas, y costó unos 200 o 300 yuanes, pero resultó en vano. Aquel día, sólo ganó 5 yuanes. Al ver el pobre sudando, un peatón compró los crudos granos de maíz.
Cuatrocientos mil maestros extraplantilla serán despedidos
Bajo la orden del Ministerio de Educación, serán despedidos los 440 mil maestros extraplantilla, quienes se verán obligados a alejarse de la tribuna pese a su sacrificio de la juventud a la causa educacional.

En 2006, el Ministerio de Educación planteó que en un corto tiempo se despediría a todos los 448 mil maestros extraplantilla y el año 2010 fue el plazo límite. ¿Qué estatus tienen ahora?



 ¿Por qué serán despedidos?

La aparición de los maestros extraplantilla fue una opción inevitable en circunstancias de la carencia de la inversión de recursos educacionales, quienes se concentraban principalmente en las escuelas primarias en las zonas montañosas. En términos generales, este tipo de maestros no habían recibido capacitación sistemática ni tenían alto nivel educacional, lo cual impedía elevar la calidad educacional y la cualidad de los ciudadanos. Juzgado de este punto, la retirada de los maestros extraplantilla del escenario histórico constituye una opción necesaria para la aplicación de la educación totalmente obligatoria en el año 2011 .


Nuestro reconocimiento y homenaje a los dignos maestros que dedican su vida a la enseñanza con amor y paciencia no todos valoran esa digna labor, pero en los jóvenes que empiezan la reflexión es que no se detengan y aprendan a caminar al ritmo del reloj del tiempo, es importante actualizarse  y seguir estudiando, no solo porque el trabajo nos exige, sino porque así lo sentimos ...



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